Cuando una
parte esencial de tu mundo se desmorona
Por Fernando Belottini
Foto: Omar Lagraña
El pasado domingo 13 de marzo, en el marco del
ciclo teatral “Memoria e identidad” de
Pueblo Viejo de Concordia, el Grupo Takuaral
presentó “Aquel… mi pueblo”, obra escrita por el
federaense Agustín Gibert que recrea el sentir
de un matrimonio entrado en años y habitantes de
la zona rural de Federación, en Entre Ríos, ante
el inminente desalojo producto de la invasión de
las aguas por la construcción de la represa
Salto Grande, allá por 1979.
Esta obra fue estrenada en 1996 y, en esos
veinticinco años de continua representación fue
decantando en una puesta con dos actores, que
primero nos informaron, mediante soporte
audiovisual y relatos, de la historia que le da
marco, para luego introducirnos en el
microcosmos de dos ancianos con sus vidas
corrientes, sus costumbres, las cuitas de una
transitada vida conyugal y, sobre todo, el
espacio físico que los constituye: la huerta,
los animales, los frutos, una casa, un patio, el
lugar desde donde todos los días ven nacer el
sol y, que pronto, como el agua que sube, se
verá amenazado por el inevitable desalojo.
El texto utiliza elementos de un simpático
costumbrismo, respetuoso de los modismos
regionales, para hablarnos de aquellos objetos
animados e inanimados que hacen a nuestra
identidad personal, como si todas las cosas que
nos rodearan, los cuales fuimos incorporando y
ubicando aquí y allá en decisiones a veces
inconscientes, tuviesen el alma que los
convierte en sagradas, tal vez solo por el hecho
de sentirlos una prolongación de nosotros
mismos. Parafraseando a Ortega y Gasset, diría:
yo soy yo, y lo (poco o mucho) que me rodea.
Es decir, más allá de la anécdota y los motivos
por los cuales alguien debe abandonar su lugar y
por ende enfrentar un cambio vital, esta obra
nos pregunta qué pasaría si ese mundo del que
somos parte debiera mutar al menos en relación
con el espacio físico. Algo que también, y más
referido a las costumbres, experimentamos en el
presente con la pandemia. ¿Cuánto estamos
preparados para asumir semejantes cambios?
La tragedia de esa crisis nos llega en esta obra
con momentos de alta emotividad, conmoviendo a
espectadores que, aún conscientes de conocer el
hecho histórico, reviven el drama de un mundo
que, como las casas de la vieja Federación, se
derrumba.
“Aquel… mi pueblo”, tal como fue representada y
sin ánimo de ofender a los entendidos, debe
formar parte ineludible del teatro entrerriano.
Un clásico que, como todo clásico, perdurará en
el tiempo porque pone en cuestión lo que somos.
Ficha técnica:
Dramaturgia: Agustín Gibert (Basada en
un cuento del libro "De los Jesuitas a las
termas" de Agustín Gibert)
Actores: Silvia Gibert - Darío Ocaranza
Diseño y puesta de luces: Creación colectiva
Operación de luces y sonido: Hernan Romero
Emanuel Gibert