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la
vieja
vendrá la vieja
y me derribará
solapadamente
pediré piedad,
pero mi grito
se perderá
en el abismo
de las horas
seré insuficiente
y aceptaré
que me despoje
de la última huella
del amor,
ante mis ojos,
única fotografía
de mi asombro,
se abrirá un paso
hacia el hastío,
ya sin consigna
ni sustento del dolor,
mi razón cederá
a los estragos,
y me limitaré
a
esperar,
cuando
llegue,
ineludible,
la
vieja…
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la palabra
hendidura
alzo la palabra
hasta un extremo provisorio,
ahí canta, me provoca,
hundo el cuchillo
hasta rajar el límite
la gotera
empuja la palabra
hasta rozar el techo
de mi encierro
la próxima lluvia
me alcanzará
a través
de una gotera
el sonido
se apaga la palabra
al escuchar
un sonido de jadeo
en el poema
migración
migra la palabra,
abandona
parte del credo,
habita
un enjambre nuevo
el duelo
huye la palabra herida,
ha perdido un duelo
contra el gesto
del silencio
cae la palabra,
la recobro
hasta guarecerla
en mi noche
cuando regresa,
ya ha mudado
paraje sordo
viaja la palabra
en torrente,
desemboca desnuda,
temblorosa,
sin retorno,
en un paraje
sordo
danza
danza la palabra
en el fuego,
suda el desafío
hasta la ceniza
impronta
me roza la palabra
y la ignoro,
va en mis manos,
lleva una impronta,
vuelvo y escucho...
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brinca,
brinca...
...como potranca, no da respiro
ni amordaza
en cada cabriola brota savia
sin beso ni amor que le rebote
el hombre
mira el reloj,
ve la casa,
la mujer
que aguarda
un silencio
lo proscribe,
se quita el olor apenas,
apenas
ensaya
un olvido
ella se viste rápido
fui una niña
en esta pausa
qué más pedirle
a un hombre bueno,
dice…
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