Hace más de 20 años que, con intermitencias, escribo. Quienes escriben a veces desean publicar, en otros casos, no. Yo soy de los primeros. Escribo para comunicar(me) con cierta forma de expresión y sin “el otro” la tarea se dificulta. Los textos que elegí tienen dos orígenes: por un lado están los distinguidos con premios y menciones y por otro aquellos que han sido colaboraciones en algún medio gráfico. La elección tiene a su vez varias implicancias personales:

La posibilidad de trazar una raya, decir hasta acá, hacer una especie de recopilación de lo mejor que (para otros) he escrito en 20 años (!) y darme la oportunidad de vaciar el cajón y volver a llenarlo o no en el futuro.

En caso de querer llenarlo, abrir una nueva etapa, no sé cual, pero que necesito me incomode. Y aquí vale una salvedad, si bien una de mis novelas recibió una mención en un Concurso de la Municipalidad de Rosario (Argentina), es saludable que permanezca inédita. Lo mismo con un conjunto de relatos que fue distinguido en ese evento e incluía algunos textos aquí publicados.

La oportunidad de compartir con amigos y conocidos lo escrito.

Establecer un hilo casi cronológico de mi producción, pretendiendo salvar su relativa homogeneidad. Además de abordar distintos géneros, algunos textos fueron realizados siguiendo consignas de talleres literarios o bien surgieron como resultado de repentinas lecturas empujadas por las modas, cuando no de situaciones vividas.

Los textos están ordenados por género y cronología de distinciones y publicaciones. En todos los casos con referencias a esos hechos, es decir, institución que otorgó el premio, jurados, representaciones, dónde fueron publicados, fecha, etc.

Si bien se puede decir que por sus fuentes todo texto es una producción social, creo que es oportuno agradecer a algunos maestros: Nicolás Bratosevich, Alma Maritano, Diana Pessoa y a quienes de una manera u otra me alentaron a escribir.

Y nada más por ahora, espero que puedan disfrutar de la lectura tanto como yo disfruté de la escritura.

Concordia, julio de 2006.