ESTUARIO
(Tres fragmentos)
vinieron los ángeles no se trató sin embargo de una visita
amistosa uno recortaba su silueta celeste a los pies de mi cama
hubo espasmos tironeos tenían por mi alma y ésta subía y bajaba
a través del cuerpo resistiéndose a salir levantaron una columna
de fuego querían asustarme
yo soy la fuerza fui repitiendo con la voz quebrada de las
apariciones los rojos adquirieron consistencia cierta viscosidad
o luminiscencia en el humo de la noche yo soy equilibrio invoqué
por las dudas un vapor tornasolado me conmocionaba el rostro
apreté los dientes me tapé la cara
con la almohada como si un tren se hubiese detenido en medio de
la pampa el alma volvió al lugar convenido quedaron sobre el
acolchado canutos descoloridos algunos botones del viejo
costurero cosas de la batalla
ah si tu madre era una reina el aliento del mundo se detenía a
su paso y era su boca el cielo y el infierno confundidos la
noche del baile tu padre llegó a la madrugada oí entre sueños el
runrún de la dkw me despertó agitado conocí una francesita dijo
y yo que le leía el peso del alma en la pisada supe que los
dioses lo habían elegido la estrella del rockabilly cedía su
puesto ahora los mortales tendrían una chance
casi todas las hijas de don manuel tuvieron sus festejantes
tanto mazapán y licor de yemas para la visita de los martes el
correteo de la chica de los mandados aroma de azahares y canela
detrás de la puerta casi todas se casaron y ella fue olvidando
el asunto mientras picaba finita la cebolla
(De: Estuario,
Ediciones en Danza, 2008)
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