Los hombres de Platón
Seleccionada
para edición dentro del Certamen "Enrique García Velloso", organizado
por la Editorial Municipal de la ciudad de Rosario. 1992. Jurado: Clide
Tello, Héctor Barreiros.
Publicado por la Editorial Municipal de Rosario. Octubre de 1993.
Representado
en la VII Muestra Intercolegial de Teatro Rosario ’96, sala Mateo Booz,
organizada por la Municipalidad de Rosario, con dirección de Mario
Marcoré. Octubre de 1996.
Personajes
Cresta roja
Cresta azul
Cazador
Hombre del maletín
Luces y sonidos del amanecer. Un nido hecho
de pajas y en el centro dos huevos del tamaño de una persona adulta. Pleno día,
los huevos empiezan a descascararse. Van naciendo dos hombres, no en la forma
tradicional, con las dificultades de cualquier nacimiento, sino como quien pasa
de una habitación a otra. Visten trajes corrientes y una cresta cada uno. Se
miran, se espantan, vuelven al huevo. Salen otra vez, ahora sin espantarse y
husmean el entorno. Una vez que reconocieron el lugar, se sienta uno al lado
del otro y miran hacia el frente.
Cresta roja: Y nacimos nomás… Cresta azul lo mira, asiente con la cabeza.
Pausa. Sonidos de ciudad y de campo alternándose.
Cresta azul: Dedo índice en alto. Yo también. Cresta roja
sigue mirando al frente y Cresta azul a Cresta roja como esperando una
respuesta. Mantiene el dedo en alto. Yo también.
Cresta roja: A Cresta azul. Distante. ¿Perdón?
Cresta azul: Digo que yo también nací.
Cresta roja: Por eso dije "y
nacimos nomás". Si no, hubiera dicho "y nací nomás".
Cresta azul: Me pareció que hablaba
para sí mismo.
Cresta roja: Puede tutearme,
considerando esta situación, creo que somos hermanos.
Cresta azul: Quiere abrazar a Cresta roja. ¡Hermano!
Cresta roja: Se aparta. Momentito. Qué le pasa. Dije creo que somos hermanos porque
nacimos uno al lado del otro. Pero de ahí a que provengamos de la misma madre o
del mismo padre hay una distancia.
Cresta azul: Humilde. Al menos somos del mismo gallinero. Podemos considerarnos
hermanos de gallinero.
Cresta roja: ¿Gallinero?
Cresta azul: Sí, del mismo gallinero.
Cresta roja: Y quién le dijo que esto
era un gallinero.
Cresta azul: Mira para todos lados. Cómo, ¿esto no es un gallinero?
Cresta roja: Que yo sepa...
Cresta azul: Mira para todos lados. Señala los huevos. ¿Y esos huevos no te
dicen nada?
Cresta roja: Podemos ser palomas...
Cresta azul: Es lo mismo, entonces
somos hermanos de palomar. Hace gestos de
pájaro. Se entusiasma. Somos palomas, palomas de la paz.
Cresta roja: Pensativo. Me parece que no.
Cresta azul: Rascándose la cabeza. Águilas entonces. Gesto
agresivo, de águila. Águilas feroces.
Cresta roja: Pensativo. Me parece que no.
Cresta azul asume también un gesto
pensativo. Por derecha o por izquierda aparece un Cazador con una larga
escopeta. Música de suspenso. Música que supone que el Cazador viene por sus
presas. Cresta roja y Cresta azul saltan hacia sus respectivos huevos, se
esconden. El Cazador recorre el escenario buscando una presa. Busca y busca
espiado por ambas crestas. Como no encuentra nada, deja el arma lejos de su alcance
y se sienta. Parece agotado. Cresta roja y Cresta azul empiezan a salir de su
escondite y van arrimándose al Cazador. El Cazador permanece sentado con gesto
inexpresivo. Ambas crestas lo examinan. Cuando el Cazador lo nota se sobresalta
e intenta tomar el arma. Cresta roja y Cresta azul se asustan y vuelven de un
salto a su escondite.
Cazador: Recoge el arma. Quién vive. Salga o disparo.
Cresta azul: Saluda con una mano. Acá, acá. No dispare. Se
asoma.
Cazador: Apuntándolo. ¿Y usted quién es?
Cresta azul: Bueno... yo... este...
Cazador: ¿Qué hace así vestido?
Cresta azul: Na-nada.
Cazador: Que yo sepa no es
carnaval.
Cresta azul: No, claro.
Cazador: Entonces...Qué es usted.
Cresta azul: No sé. ¿Y usted?
Cazador: ¿No me ve? Soy un
Cazador.
Cresta azul: Un Cazador. Qué bien y
qué caza.
Cazador: Baja el arma. Lo que puedo, en esta época ni para cazar hay. Hace dos días que
estoy buscando algo. Y eso que estamos en plena temporada.
Cresta azul: Temporada de qué.
Cazador: De caza.
Cresta azul: Sí, pero de qué cosa.
Cazador: De todo: nutrias, patos
salvajes, gatos monteses, perdices, conejos. Desahuciado. Pero no hay caso, no hay nada... ¿Y usted qué tal?
Cresta azul: Qué tal qué.
Cazador: Digo cómo le va, qué
hace.
Cresta azul: Yo... recién vengo...
Cazador: De dónde.
Cresta azul: De allá. Señala su huevo roto.
Cazador: Ah, viene del otro lado.
Nunca fui a cazar por allá. Dicen que hay liebres y mariposas. ¿Hay muchas?
Cresta azul: No sé.
Cazador: Qué raro, que viniendo de
allá no sepa qué animales lo rodean.
Cresta azul: No, no es eso. Yo no
vengo del otro lado. Ni siquiera sabía que había otro lado. Yo vengo de acá,
del huevo.
Cazador: Extrañado y mirando al huevo. ¿Del huevo? No me haga reír.
Cresta azul: Sí, nací recién.
Cazador: Riéndose. Por favor, le dije que no me hiciera reír.
Cresta azul: Es cierto, acabo de
nacer, Señalándolo. y de ese huevo.
Cazador: Riéndose. Hágame el favor, soy un hombre grande.
Cresta azul: Enojado, como cualquier persona a la que no le creen. Es verdad, hace unos
minutos que nací y nací de ese huevo. No veo por qué tiene que reírse así.
Cazador: Sin dejar de reírse. Sí, le creo, a mí me trajo la cigüeña.
Cresta azul: ¿Una cigueña?
Cazador: Sí, una cigüeña, de
París.
Cresta azul: Entonces usted es
cigüeña.
Cazador: ¡Claro! Y usted qué es.
Cresta azul: No sé.
Cazador: Cómo que no sabe.
Cresta azul: Le digo que no sé. Nací
hace un rato.
Cazador: Examinando los huevos. Y usó dos huevos.
Cresta azul: No, uno solo. El otro es
de mi hermano.
Cazador: Ah. Tiene un hermano.
Cresta azul: Todavía no sé si es mi
hermano.
Pasa frente a ellos un hombre vestido de
traje. Ajeno a la acción, lleva un maletín negro.
Cazador: Y dónde está él.
Cresta azul: ¿Quién?
Cazador: Su hermano.
Cresta azul: No sé. Hace un rato
estaba acá conmigo. Cuando apareció usted se fue.
Cazador: Y se le parece.
Cresta azul: ¿Quién?
Cazador: Su hermano, digo si es
igual a usted.
Cresta azul: Más o menos. Tiene una
cresta de otro color.
Cazador: Y cómo sabe que es su
hermano.
Cresta azul: Ya le dije, no sé si es
mi hermano.
Cazador: Dígame, hay alguna cosa
que usted sepa.
Cresta azul: Duda. Bueno... considerando que nací recién...
Cazador: Comprensivo. Entiendo... Pensativo.
¿Y su madre?
Cresta azul: Qué madre.
Cazador: Todos nacemos de alguna
madre. Tiene que haber una madre.
Cresta azul: No sé. No vino.
Cazador: ¿No asistió al parto?
Cresta azul: No.
Cazador: No entiendo.
Cresta azul: Es sencillo. Yo estaba
dentro del huevo muy tranquilo, sin pensar en nada y, de pronto, nací.
Cazador: Y ya era así de grande.
Cresta azul: Mirándose. Sí. Por qué ¿soy muy grande?
Cazador: No, está bien. Tono doctoral. Lo que pasa es que en
general todas las especies tienen un desarrollo. Primero son así Señala
una pequeña estatura. y luego van creciendo Acompaña el crecimiento con la mano. Hasta que llegan a más o menos
esta estatura. Señala su propia estatura.
Cresta azul lo sigue con curiosidad. No pasan de este tamaño. Aunque hay
que reconocer que hay gente más petisa y otros que son más altos. Si usted es
así ahora que nació va a ser muy alto.
Cresta azul: Asustado. ¿Le parece?
Cazador: A no ser que usted...
Cresta azul: Curioso. Sí...
Cazador: Toma el arma repentinamente y lo apunta. A no ser que usted sea
de otra especie. Una especie nueva. Qué comió cuando nació.
Cresta azul: Asustado. Manos arriba. Nada. Le juro que nada. Yo recién vengo, lo único que hice fue
hablar. Vuelve a pasar en sentido contrario
el hombre de maletín.
Cazador: Dónde está el otro.
Llámelo.
Cresta azul: Asustado. No sé cómo se llama.
Cazador: Diga algún nombre.
Cresta azul: ¿Un nombre? No sé decir
nombres.
Cazador: Tampoco sabe qué es un
nombre. Cresta azul niega con la cabeza.
Un nombre cualquiera: Juan, Pedro, Manuel. Dígale que venga.
Cresta azul: Mira hacia el huevo de Cresta roja. Juanpedromanuel, vení.
Cazador: Así no. Un solo nombre.
Nadie se llama de tantas maneras.
Cresta azul: Siempre mirando hacia el otro huevo. ¿Juan? No pasa nada. ¿Pedro? No pasa nada. ¿Manuel? Tampoco pasa nada.
Cazador: Mano en la barbilla. Espere, espere, como son de otra especie deben tener algún sonido
para llamarse. Emita algún sonido.
Cresta azul: ¿Un sonido?
Cazador: Fastidiado. ¿Tampoco sabe qué es un sonido? No hay caso, ya sé qué es usted.
Cresta azul: Entusiasmado. Dígamelo por favor.
Cazador: Un ignorante.
Cresta azul: ¿Un ignorante? ¿Eso soy?
Cazador: ¡Claro hombre! Si no sabe
nada.
Cresta azul: ¿Y qué es un sonido?
Cazador: Fastidiado. Un sonido... a ver.. algo así: Se lleva las manos a la boca y emite un sonido nasal. Guac. Guac.
¿Se da cuenta?
Cresta azul: Creo que sí. Se lleva las manos a la boca. Guac,
Guac. ¿Está bien?
Cazador: Sí, está bien.
Cresta azul: ¿Y?
Cazador: Y qué.
Cresta azul: Qué hago.
Cazador: Azuzándolo con el arma. Llame a su hermano con ese sonido.
Cresta azul: Manos arriba. Pedro. Guac. Juan. Guac. Manuel. Guac.
Cazador: No. No. ¡Por Dios cómo
hace renegar esta especie! Pensar que hay animales domésticos. ¡Llámelo con el
sonido!
Cresta azul: Hacia el otro huevo. Guac. Guac. Cazador apunta
el arma hacia el huevo de Cresta roja. Nada.
Cazador: Asomándose al otro huevo. Luego volviéndose a Cresta azul. ¿Está seguro que usted
tiene un hermano?
Cresta azul: Hasta hace un rato éramos
dos.
Cazador: Baja el arma. Reflexivo. Quizá ya murió.
Cresta azul: Quién.
Cazador: Su hermano. A los mejor
ustedes son de una especie que nace y al rato nomás se muere.
Cresta azul: ¿Le parece? ¿Hay especies
así?
Cazador: No sé. ¿Usted se siente
bien?
Cresta azul: Que sigue con las manos
arriba. Perfectamente.
Cazador: Desahuciado. Entonces no sé.
Cresta azul: Acercándose. Tratando de consolarlo. Bueno... no se desanime.
A lo mejor se fue a dar una vuelta por ahí.
Cazador: Se sienta en algún lugar. No sé, nunca entendí a los animales, por eso quiero cazarlos y
siempre se me escapan.
Cresta roja: Se asoma rápidamente desde detrás de su huevo. ¿Nunca cazó nada?
Cazador: Levantándose y tomando su arma. ¡Apareció! Sí, es verdad, nunca cacé nada.
Esta es mi primera oportunidad. Redoblantes
de suspenso. Vuelve a pasar el hombre del maletín en sentido contrario al
anterior. Esta vez corriendo. Póngase al lado de su hermano.
Cresta roja: Levanta las manos y se pone al lado de Cresta azul. ¿Mi hermano? Y quién le
dijo que era mi hermano.
Cazador: Eso no interesa. Mi
experiencia me dice que estoy ante dos piezas únicas.
Cresta roja: ¿Piezas? ¿Qué piezas?
Cazador: Piezas de cacería así se
les llama y no me haga explicar, demasiado tuve que explicarle a su hermano.
Cresta roja: Ya le dije que no es mi
hermano. No se da cuenta que somos diferentes.
Cazador: Yo no los veo diferentes.
A no ser por la cresta. Pero bueno, prepárense para morir. Y no se pongan
tensos. Que después cuando tenga que embalsamarlos me pueden quedan torcidos.
Cresta roja: Por qué no lo
charlamos...
Cazador: ¿Charlar? Desde cuando el
cazador charla con sus piezas.
Cresta roja: Sí, conversemos.
Imagínese, recién nacimos, no le parece cruel de su parte matarnos tan
pichones.
Cazador: Sorprendido. ¿Usted sabe lo que es charlar? Y además sabe que hay crueldad
cuando se mata a los pichones.
Cresta roja: Por supuesto. Antes de
nacer tomé un curso de ecología por correo. Si nos mata ahora terminará con
nuestra especie.
Cazador: ¿Y qué clase de especie
es la suya?
Cresta azul: Somos ignorantes.
Cresta roja: Amagando a pegarle a Cresta azul. Te querés callar. A Cazador. ¿Y qué especie es la suya?
Cresta azul: Cigüeña.
Cazador: Apuntando a Cresta azul. ¿Se quiere callar? A Cresta
roja, Con orgullo. Yo soy un ser humano y no nací de ningún huevo.
Cresta azul: Un mentiroso. A Cresta roja. Me había dicho que lo
había traído la cigüeña.
Cresta roja: Te querés callar.
Cresta azul: Y por qué voy a callarme,
yo también quiero decir algo. Cresta roja
y Cazador se fastidian. Señor cigüeña yo no quiero morir. Acabo de nacer,
todavía no he disfrutado nada de la vida. Y quisiera por lo menos dar un paseo
por ahí, conocer otros lugares, relacionarme con otras especies, en fin, vivir
un poco más.
Cazador: ¿Se quiere callar? No sé qué
le ve de bueno a la vida. Hay muchos problemas, hay que trabajar, casarse,
divorciarse, pagar impuestos. Transición.
Levanta el arma. Pero basta, prepárense, tengo que matarlos.
Cresta roja: Un momento señor Cigüeña.
Cazador: Yo no soy ninguna
cigüeña.
Cresta roja: Esta bien, señor... cómo
se llama.
Cazador: Carlos Alberto. Veo que
usted también sabe de nombres.
Cresta roja: Sí, hice un curso de castellano
y literatura.
Cazador: Qué bien.
Cresta roja: Volviendo a nuestro
asunto. Yo no veo que nosotros Señalándose
a sí mismo y a Cresta azul. nos diferenciemos mucho de usted.
Cazador: No me haga reír.
Cresta roja: ¿Quiere que hagamos una
prueba?
Cazador: No tengo tiempo, vamos,
prepárense.
Cresta roja: Es un momento nada más.
Cazador: Quiere terminarla usted
también.
Cresta roja: Tómelo como un último
deseo.
Cazador: Resopla. Está bien, pero después de esto, los mato.
Cresta roja: Quiere ponerse en frente
de este. Señalando a Cresta azul, que
sigue la acción sorprendido.
Cazador: Accede. Sí, pero después los mato.
Cresta roja: Carlos Alberto, mire bien
a mi compañero de especie, qué le ve de diferente a usted.
Cazador: La cresta. Él tiene
cresta y yo no.
Cresta roja: Sacando la cresta...
Cazador: En apariencia, nada que
me llame la atención. Aunque si lo analizamos un poco más, su hermano es un
flor de ignorante.
Cresta azul: Y usted una cigüeña.
Cresta roja: A Cresta azul. Te querés callar. A
Cazador. Y cómo sabe que él es un ignorante.
Cazador: Que sigue fastidiado. Quiere que se lo demuestre.
Cresta roja: Altanero. Si puede…
Cazador: A Cresta azul. Bien, le voy a hacer una sola pregunta. Si no sabe o no contesta,
daré por terminado este asunto. Si la sabe, le haré otra.
Cresta azul: Se pone serio como cualquier participante de un concurso de
preguntas y respuestas. Se prepara. Redoblantes. Adelante.
Cazador: Escúcheme bien. No voy a
repetir la pregunta. ¿Qué país tiró la bomba atómica en Hiroshima?
Cresta azul: Qué cosa.
Cazador: La bomba. La bomba
atómica. Hace los gestos del preguntador
que espera una respuesta equivocada.
Cresta azul: Se encoge de hombros. Qué se yo. Cresta roja se
agarra la cabeza.
Cazador: A Cresta roja. ¿Se da cuenta? Cualquier niño sabe eso.
Cresta roja: Es cierto. Pero creo que
usted es tan ignorante como mi compañero.
Cazador: Por favor. Vamos,
prepárense. Cresta azul cierra los ojos y
se ataja.
Cresta roja: Despreocupado. Estoy seguro que si yo le hago una pregunta a usted, tampoco
sabrá responderla.
Cazador: Haciéndoles seña con el arma. Bha, bha, bha.
Cresta roja: Estoy seguro de que por
ejemplo no sabe cuánto mide la superficie de la Tierra.
Cazador: Eso es muy fácil. Levantado
el arma.
Cresta azul: Todavía con los ojos
cerrados y atajándose. Pero no lo sabe.
Cresta roja: Es lo que yo digo.
Cazador: A Cresta roja. Hace cuentas con los dedos. Quinientos diez millones
ochenta y dos mil un kilómetros cuadrados.
Cresta roja: No, No. La respuesta
correcta es quinientos diez millones ochenta y dos mil kilómetros cuadrados.
Cazador: ¿Cuánto dijo?
Cresta azul: Quinientos diez millones
ochenta y dos mil kilómetros cuadrados.
Cazador: A Cresta azul. No puede ser. ¿Y usted también lo sabe?
Cresta azul: Seguro de sí. En efecto.
Cresta roja: ¿Se da cuenta?, entre
ustedes no hay diferencias.
Cazador: Sorprendido. ¿Le parece? Y todos mis conocimientos, mis enciclopedias Larousse,
mis diccionarios enciclopédicos, mis resúmenes Lerú.
Cresta azul: A Cazador. ¡Hermano! Se acerca y
quiere abrazarlo. Se abrazan con afecto. Cresta roja se conmueve.
Cazador: Cómo lo lamento.
Cresta roja: Qué cosa.
Cazador: Que yo sea un cazador.
Cresta roja: Pero puede arrepentirse.
Cazador: Ya llevo demasiados años.
Como si le hablara a niños. Por
favor, prepárense, no tenemos mucho tiempo.
Cresta roja: Carlos Alberto no sea
malo. Acercándose a Cazador y en tono
confidencial. Tenemos una salida. Mátelo a él primero y déjeme vivir a mí.
De esa manera conservaremos esta especie para que usted siga cazando.
Cazador: Y cómo sé que usted se va
a reproducir.
Cresta roja: Enojado. ¿Pone en duda mi capacidad reproductora?
Cazador: No me diga que también
hizo un curso para eso.
Cresta roja: Duda. Creo que no. Pero...
Cazador: Además, en su especie no
veo hembras. A no ser que eso Señalando a
Cresta azul. sea la hembra. O que usted sea la hembra y él, el macho.
Cresta roja: Así es.
Cazador: Cómo es.
Cresta roja: En nuestra especie vamos
cambiando: a veces yo soy el macho y él la hembra, y viceversa.
Cazador: Horrrorizado con tres erres. ¡Entonces son homosexuales! Pasa el hombre del maletín, en sentido
contrario, tapándose la boca.
Cresta azul: No era que éramos ignorantes.
Cazador: Mayor razón para
matarlos. Póngase rápido uno al lado del otro.
Cresta roja: Arrimándose a Cresta azul. Ya ni nacer tranquilo se puede.
Cazador: ¿Están listos?
Cresta azul: Creo que sí.
Cazador: Apunta. ¿Están listos?
Tamboriles de fusilamiento. Cazador dispara.
La idea es que la bala pase entre los condenados y los tres miren la dirección
de la bala haciendo visera con la mano. Cazador mira su arma.
Cresta azul: Estuvo cerca.
Cazador: La verdad que sí.
Cresta azul: Resignado. Inténtelo de nuevo si quiere.
Cazador: Resignado. No, no puedo. No tengo más balas.
Cresta azul: Qué pena, hubiera sido un lindo
espectáculo.
Cazador: Sí, puede ser…
Quedan los tres sin hacer nada. Se sientan
en hilera. Aparece el hombre del maletín. Se saludan. (¿Qué tal, cómo le va?
Bien. ¿Y ustedes? Bien, también.) El
hombre del maletín se suma a la hilera. Cresta roja asume hacia el frente la
posición del pensador de Rodin, Cazador lo mira y lo imita. El hombre del
maletín hace lo mismo. Cresta azul se pregunta con las manos qué hacer y
después de adoptar varias posiciones asume también la de pensador y eso es
todo.
Telón
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